Publicado el 30/10/2020

Cuando la virtualidad se volvió abrazo

La profe de Yoga y nuestra embajadora luleå, Noe Dehesa, nos comparte “CUANDO LA VIRTUALIDAD SE VOLVIÓ ABRAZO”, un hermoso texto sobre las enseñanazas que nos deja la cuarentena .

Me encanta decirle a mis alumnos “Meditar en la cima del Himalaya tal vez sea más sencillo que hacerlo en el medio del living de casa” y por supuesto, todos sonreímos porque sabemos muy bien de lo que estamos hablando.

Tantas veces hemos escuchado la frase “cada casa es un mundo” y si, es cierto, cada persona es su propio mundo, cada familia, cada hogar…

En estos tiempos donde el shala se virtualizó, poder descubrir que hay otro del otro lado, es pura bendición.

Cuando miro la pantalla y en ella cada cuadradito de zoom, cada mundo personal, siento que puedo ver más allá de lo que la pantalla me muestra. Como mirar a alguien profundamente a los ojos y verlo.

Porque lo que me está diciendo cada cuadro, cada cámara, es que del otro lado hay alguien que necesita y espera esa clase.  Hay un alumno dispuesto a la práctica. Un practicante regalándose un tiempo para sí, sorteando cualquier eventualidad para disponerse a este encuentro con ganas, constancia y disciplina.

EQUILIBRIO EN MEDIO DEL CAOS

En estos tiempos extremos, de profunda reinvención e introspección en muchos planos de nuestra vida, varios actores han sido protagonistas sobre el mat. Y también en la vida, porque en definitiva como es en esa alfombra mágica, es en nuestros días.

Uno de ellos sin lugar a dudas, es la tolerancia. Desarrollar esta hermosa virtud que viene impregnada de empatía, y nos envuelve en paciencia. Comprender y aceptar que a veces las cosas y los momentos, no son como los soñamos. Este año nos dio lección al respecto: que el wifi puede estar débil, que mi mat quizás no es como el de Centro de Yoga, que el perro del vecino ladra sin parar o que en la cocina de casa se escuchan ruidos. Sin embargo, estoy ahí, en medio de mi serie de equilibrios activando bandhas y encontrando mi dristhi, ese que me ayuda a enfocar la mirada en un punto y que luego se vuelve hacia adentro, mirandome con el ojito del alma.

Otro gran protagonista es para mi, ese esfuerzo que haces porque te da placer. Virya, esta hermosa palabra del sánscrito, el idioma de la india, el idioma del corazón. Tiene una traducción muy simple y todos podemos entender porque alguna vez hemos disfrutado de la sensación. 

Virya o Viriá significa: esfuerzo gozoso. 

Yo lo llamo mi bici sin rueditas porque me acerca a la sensación de cuando aprendemos a andar en bici. Esa adrenalina gustosa y esperanzada, donde más allá del miedo, confiamos en nosotros. 

En el mat, poder entregarte a tu práctica con esfuerzo, tolerancia y con placer, es parte del disfrute que nos equilibra en medio del caos, es la expresión pura de nuestras energías Yin y Yang que se complementan y nos habitan.

RESPIRACIONES TAN SIMPLES COMO MÁGICAS

Y si bien, dejar el afuera, afuera y disponernos a nuestro adentro, no es tarea fácil. Ni el mat ni en la vida, pero mucho menos es imposible. Te invito a una serie de respiraciones tan simples y básicas, como mágicas. 

Respiraciones que van a ayudarte a que puedas amorosamente sumergirte en tu interior, en tu aquí, en tu ahora, en tu instante. No solo para comenzar tu clase por zoom, sino para re enfocarte en tu día, para aquietar el torbellino de la mente, para bajar un cambio y transcurrir más livianos.

¿Las hacemos?

1.

Sentáte cómodo o recostáte, lo que vos prefieras, pero aseguráte de no tener ni frío ni calor, ni de estar incómodo. Esos pequeños factores externos nos distraen, no inquietan y nos dan la pauta de sentir que no merecemos este momento de relax. 

Que este tiempito sea el puente de camino hacia vos.

Empeza poco a poco a respirar.  Simplemente respira, respiracion orgánica, espontánea, la que te sale sin pensar (Shvasa – Prashvasa).

Y en este respirar quedate observando al aire que entra en cada inspiración, su temperatura, su fuerza, su caudal. Y al que sale en cada exhalación tal vez ya más tibio, tal vez un tanto entrecortado.  Obsérvate sin crítica, sin cuestionamiento, sin querer modificar nada.

Repetilo un ratito, nada es tan rígido, pueden ser 1 minuto, pueden ser 5, dependerá de tu tiempo, de tu día, de tu energía.

2.

Ahora empeza con un conteo interno, hacia tu adentro, inspirando en 5 tiempos (tus tiempos, a tu ritmo) y exhalando en 8 tiempos.  Inspiro en 1, 2, 3, 4, 5, exhalo en 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, y llevo mi atención a esa cuenta numérica mientras sigo observando mi respiración.  Vas a sentir que después de un ratito, ya no vas a ir apresuradamente a buscar la próxima inspiración. Sino que muy posiblemente entre tu última exhalación y tu nueva inspiración, aparezca un tiempo en pausa, un vacío. Un lugarcito silencioso y sereno en el que podes descansar, hasta que el cuerpo nuevamente sienta el deseo de respirar.

Seguí con el conteo como punto de atención, pero ahora, inspira por nariz. Entreabrí tus labios (muy poquito casi imperceptible al afuera) y dejá que la exhalación salga por tu boca y roce tus labios. Que toda tu atención esté puesta en esta acto de respirar. 

Y por último, segui inspirando en 5 tiempos pero lleva ahora el aire hacia tu coronilla y exhala por boca en 8 tiempos, pronunciando sonoramente la palabra Paz.  Inspira hacia la cima de tu cabeza, exhala como suspirando y soltando la palabra paz. Dejá que cada inspiración te eleve y que cada exhalación te suelte. Que te relaje, libere el aire, limpie tus pulmones, baje tus hombros y te acerque poco a poco a la calma, poco a poco a tu paz.

Luego de 4 o 5 repeticiones, volve a respirar espontáneamente por la nariz, seguramente algo cambió.  Los latidos de tu corazón, tu propia percusión, las ondulaciones de tu mente. Los pensamientos que tal vez empezaron a dispersarse, la vibración del cuerpo, y tantas otras cosas, tantas otras emociones…

Poco a poco entreabrí tus ojos y mira un punto en el suelo que te conecte con este espacio que habitas. Anda redescubriéndolo lentamente, sus colores, sus luces, sus sonidos, date tiempo, date el tiempo que necesites, hasta ir volviendo. 

Regalate un movimiento circular con tu cabeza, suaves círculos amorosos y una gran inspiración elevando tus brazos al cielo y juntando tus palmas, para que al exhalar puedas bajarlas hasta tu pecho y encontrarte con vos.

Que el caos del afuera no te distraiga, y puedas, cada vez que lo necesites sumergirte en tu interior.

DESDE LA VIRTUALIDAD, TE ABRAZO…CON EL ALMA.

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Publicado por Noe Dehesa

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