Publicado el 14/03/2022

Que la práctica sea una elección y no una obligación

La profe de Yoga, Juli Esquivel, nos comparte una reflexión sobre la rutina y nuestra práctica de Yoga: Que la práctica sea una elección y no una obligación.

Estos últimos años observé un comportamiento habitual: En primavera, todes salen de sus hogares y dan la bienvenida esas actividades que por la crudeza del frío prefirieron abandonar o reemplazar. También se da el viejo y conocido lema de “hay que llegar al verano”. Entonces, algunes se anotan en clases que modelen sus cuerpes de tal forma que apliquen para el modelo hegemónico impuesto, y cumplan con las exigencias sociales que de a poco, por suerte, van derrumbándose.Y así como de septiembre a noviembre las salas se llenan, en época estival ocurre una deserción

 Es común que para fin de año, las personas se tomen “vacaciones” de sus rutinas. Será que el chip del sistema educativo nunca se va. Es como si llegara diciembre y todes relajaran y se permitieran esas libertades que mantuvieron cautivas durante todo el año, y más que nada después del último esfuerzo primaveral. Hace unos días, antes de entrar a la sala, una practicante comentó que se iba a tomar todo enero para ella, tanto en relación al trabajo como a las actividades que hacía fuera de él, incluyendo el yoga. Y esto último me hizo ruido. ¿En qué momento la práctica se vuelve una obligación, una parte más de la rutina? ¿En qué momento se deja de elegir y se torna en un deber? ¿La práctica no es acaso lo opuesto?.

Disciplina y Desapego

En los Yoga Sutras de Pattanjali, el sutra 1.12 dice: “abhyasa vayragyabhyam tad nirodah”. Se puede traducir como: “la suspensión de las actividades mentales (que es el yoga) es conseguida por medio de la práctica disciplinada y del desapego y la desidentificación”. Por un lado, el estudiante a través de una práctica disciplinada y perseverante, comenzará a notar los beneficios en su ser, por lo que el esfuerzo que conlleva practicar se torna en no esfuerzo. Pero para que esta práctica sea saludable, es fundamental realizarla con desapego. No sólo no compararme con otres, ni con otros momentos de mi propia práctica, sino desidentificarme de mi cuerpo y mis pensamientos como reflejo de quién soy o cuánto valgo.

Creo que el verdadero desapego es un resultado de la elección. Elegir abrir el mat, elegir ir a la sala, elegir priorizar la escucha de mi cuerpo antes que mi ambición. No hay nada de malo en no tener ganas de hacer vinyasas, o en querer quedarse un rato más en la cama o tomando unos rayitos más de sol. Sí lo está no escucharnos, y por ende, descuidarnos. Nadie sabe cómo cada uno se siente, y lo que hagamos al respecto es tanto nuestra virtud como nuestra responsabilidad. Que la práctica sea una elección y no una obligación.

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Publicado por Juli Esquivel

1 Comentario

  1. Cris

    Tal cual! Es parte del crecimiento personal el comprender esto y vivenciarlo en la práctica sostenida con placer es un paso más hacía nuestra evolución.

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