El yoga como un camino de regreso casa

Miraba a mi prima de 4 años cómo hacía Urdvha Danurasana sin problemas. Uno y otra vez, riéndose. A los diez minutos se puso a practicar paros de manos con la misma energía. La miraba y pensaba: practico 2hs diarias, 6 veces por semana y me cuesta el triple. Los paros de mano son mi peor miedo y no me animo ni contra la pared.

Ja! Me dejó pensando en ese no miedo de les niñes, los no condicionamientos, el poder impresionante que tienen para estar presentes en el juego y en la vida. También, gracias a eso, el cuerpo con tan pocos samskaras que les permite hacer cualquier cosa.

La mente de les niñes está aquí. 

El cuerpo de les niñes está aquí.

No existe otro espacio para elles que ese mismo, ni preocupaciones, ni miedos amenazantes.

Quizás con la práctica diaria y el esfuerzo, el Yoga nos devuelva a nuestras raíces.

Quizás eso suceda simplemente cuándo aprendamos a despegarnos de todos los condicionamientos que nos ponemos y nos entreguemos al juego de la vida libremente. 

Cuándo vamos creciendo los samskaras aparecen, las etiquetas nos definen, los miedos nos dominan y la mente nos guía. El cuerpo se endurece, la mente se pone rígida y nos volvemos miedosos. 

Es hora de rebobinar la película y empezar a verla de nuevo. 

Practiquemos Yoga conscientes de todo esto para volver a nuestro origen, libres, presentes y flexibles. 

.